Comunicación cultura y migración - page 89

Pensando la migración humana
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propia epistemología descrita es occidental y no coincide en la may oría de los
casos con nuestros inmigrantes (confróntese con la percepción política, el reco­
nocimiento de la propia sociabilidad o las contradicciones de la ideología del indi­
vidualismo posesivo en Parish/Parker, 2001 sólo como manifestaciones de dife­
rencia). Nuestra percepción del mundo difiere en numerosas ocasiones de la
de ellos. Esto también genera , como mostraron los filósofos de la diáspora , otro
complicado problema científico; siempre que interpretemos los estudios migra­
torios humanos como una bioperspectiva , es decir, con una visión múltiple y
simultánea de las distintas voces (a modo de polifonía cronotópica en términos
bajtinianos) que determinan la solidaridad o la competencia [en términos mori­
nianos) entre diversos congéneres que habitan el mismo biotopo. La ciencia
social no debe ser unilateral, sino que debe buscar la complicidad de los suje­
tos actores. La observación de los fenómenos migratorios necesita por lo que
vemos de una epistemología circular, es decir de la utilización del espejo unidi­
reccional y el concepto de la labor en equipo. Para comprender mejor los dis­
tintos tipos de interacción que suceden en el fenómeno migratorio requerire­
mos de diferentes perspectivas que generarán hipótesis en un acto ca-cons­
tructivo. La epistemología circular no acepta la visión individualista como sujeto
aislado o acontextual. La investigación se encamina hacia una entidad que orga­
niza un conjunto de interacciones y relaciones dentro de un contexto que otor­
ga significado, y en el que fluyen las informaciones generando determinadas
conductas de respuestas/emisiones en forma permanente.
La circularidad no puede comprenderse en términos de temporalidad; la
experiencia se desarrolla diacrónicamente en sucesos lineales y además el
tiempo no puede revertirse, es decir, no podemos modificar el pasado. Este
pasado deja huellas en la vida de los sujetos hasta constituir situaciones iso­
mórficas elaborando modelos internos llamados mapas. Gracias a los mapas
se desarrollan conductas interactivas en las que surge la circularidad en el aquí
y ahora. Construir la hipótesis de que un ciudadano interactúa con un inmi­
grante de la misma manera , es decir, repitiendo el esquema relacional que tenía
de sus vecinos , es una concordancia mediatizada por la teoría del observador,
y no patrimonio de la relación en sí misma. Los estudios migratorios humanos
pueden reivindicar una epistemología sistémica ; ello permitirá que podamos
actuar sobre el escenario de la migración a través de muestras circulares y que
permitirá a los sujetos sociales actuar sobre un fenómeno migratorio y no con
otro; estas intervenciones serán pautadas por la interacción y viceversa. Por
otro lado , esta epistemología nos distanciará beneficiosamente de los estudios
culturales e interculturales que no cuentan con un marco epistemológico claro
como demuestra Reynoso (2000) y mantienen una estrecha relación con los
representantes del posmodernismo más contradictorios: "Nelson , Treicher y
Grossberg , por su parte listan los métodos disponibles que pueden producir
insight y conocimiento , el análisis textual, la semiótica, la deconstrucción , la
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