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Fernando R. Contreras
El diagrama de los estudios culturales contemporáneos podría verse per
fectamente representado por este esquema. Las investigaciones que pretenden
observar el fenómeno de la migración humana desde los estudios culturales
también aspiran a plantearse bajo este esquema en la may oría de los casos.
Por ejemplo, Rey Chow ( 1 998) realiza un estudio jerarquizado en distintos nive
les a partir de los recursos raciales y de género que han sido empleados en la
teoría de la literatura o en la literatura comparada investigando sobre obras sig
nificativas de la cultura popular en Hong Kong. La mirada de Chow está en los
errores del estructuralismo al analizar ciertos binarismos como facismo/paci
fismo o humanizado/tecnificado. En este esquema , la frontera entre lo natural
y la realidad social es contemplada desde el positivismo y la tradición herme
néutica. No obstante, surge la desconfianza frente al futuro efecto de un
correcto realismo de corte positivista en la posibilidad de formular una ciencia
social bajo estos términos. López y Potter [2001 : 1 2-1 6) resaltan la importan
cia de la posibilidad del naturalismo dentro de la ciencia social. Este conoci
miento científico natural estima que cada objeto de investigación requiere su
apropiado método científico. El método científico no debe ser transitivo con la
vida del hombre y con el lugar que ocupa. El significado de la actividad humana
no puede ser una mera observación de hechos y conjeturas. López y Potter
(2001 : 1 5): "Thus, the methods of social science need not have the narrowness
positivist straitjacker: they need only to be appropriate to their object". Luhmann
es un teórico de la complejidad y un claro ejemplo de la búsqueda de una meto
dología social que escruta otras opciones desde la ruptura con la diferencia
entre las dos culturas, entre la orientación técnico-científica y la orientación
humanista-hermenéutica. Luhmann ofrece esta opción desde la autorreferen
cialidad recursiva que remite a la investigación fenomenológica sobre la expe
riencia del sentido tanto en el análisis sistémico social como en la biología.
Para ofrecer una interpretación operativa de la migración humana (de los
fenómenos sociales) deberíamos aceptarlo como sistema autorreferencial (que
contiene una descripción de sí mismo) y autopoiético (que posee la capacidad
de transformarse mediante la autorreferencia). "La totalidad social se revela
como una totalidad autorreferencial: un sistema que contiene la descripción de
sí mismo y que es capaz de autogenerarse. No es posible una visión interna del
sistema social, pero son posibles experiencias internas de autodescripción,
autoclarificación de las propias operaciones" (D'Agostini, 1 997: 53 1 ). La noción
de autorreferencia proviene de la Cibernética de segundo orden (de primer
orden introduce la estabilidad, el equilibrio, el cambio, la regulación) que per
mite conocer procesos de interacción sociocultural. Hasta ahora hemos pre
sentado nuestras reflexiones críticas sobre lo vasto y extenso de enmarcar lo
estudios migratorios humanos dentro de los parámetros de alguna metodología
científica. Pese a lo complicado de la tarea, queda la cuestión más agravante y
es que nuestro propio discurso es una declaración de diferencia y conflicto. La