Comunicación cultura y migración - page 91

Pensando la migración humana
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Nueva Izquierda). Hoggart y Hall que politizaron los estudios sobre la cultura al
considerarla una extensión de la vida democrática.
La cultura reclamó áreas sociales y políticas, estableciendo conexiones
más allá de los límites académicos (3) (esto permitió además explorar en el
marxismo otras líneas de actuación que las conocidas en términos económi­
cos). Los análisis culturales actualmente son una mezcla - de lo intelectual, lo polí­
tico y lo social y están gobernadas por la idea de la cultura como un lugar de
conflicto, negociación y resistencia dentro de las relaciones sociales de socie­
dades dominadas por el poder y fracturadas por el género, la raza o la clase
social. Por ejemplo, Swann (2001 ) se pregunta cuestiones como lo que la gente
espera de los otros, como nos diferenciamos de los otros, cuales son los pro­
cesos de socialización y de civilización, cuales son las orientaciones de los otros
respecto a las creencias, al conocimiento, al modo de pensar, también como la
gente compite o colabora con otros, como se organizan, como cooperan, etc.
No obstante, el marxismo exhaustivo en las doctrinas culturales introdujo el
acento en la división de clases, el Estado, la dominación y el mecanismo de la
Ideología. Ello ha supuesto un obstáculo para comprender aquellos significados
a medida que se producen , intercambian, y desarrollan dentro de las relacio­
nes sociales más amplias (sobreponían realidades de antemano al estudio de
los fenómenos migratorios humanos o culturales). Fue en esta línea cuando la
teoría de la literatura y la (subdivisión) sociología de la cultura aparecieron ofre­
ciendo aportaciones que pretendían cubrir los vacíos, pero que vienen envuel­
tas en ciertas polémicas epistémicas al no dejar claro cuales son sus marcos
disciplinares; finalmente han surgido nuevas vías a través de opciones empiris­
tas o neomarxistas (Habermas). Jonas ofrece una filosofía que busca reconci­
liar al hombre con la naturaleza; desde su formación fenoménica observó la
precariedad de la existencia humana y su proximidad al resto de la naturaleza
orgánica. Desde esta perspectiva biológica, Jonas va a definir al ser humano,
aspecto esencial del cual, a nuestro juicio, debe partir toda reflexión sobre los
estudios de migración humana, es decir, desde la propia noción de vida.
Heidegger define la vulnerabilidad de la existencia humana al llamarlo el ser des­
tinado a la muerte
(Crockett, 2001 ). Derrida (su contribución importante ha
sido precisamente la elaboración de una ontología hermenéutica y trabajar el
problema heideggeriano de la superación de la metafísica) hace su propia lec­
tura de la mortalidad y la vida del hombre en Heidegger: "El
Dasein
o el mortal
no es el hombre, el sujeto humano, sino que es aquello a partir de lo cual hay
que volver a pensar la humanidad del hombre; y el hombre resulta ser el único
ejemplo de
Dasein,
lo mismo que habrá sido para Kant el único ejemplo de ser
razonable finito o de
intuitus derivatus.
Heidegger no habrá dejado de matizar
3. Por ejemplo, la Escuela de Birmingham.
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