Comunicación cultura y migración - page 97

Pensando la migración humana
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la ontología excluyente del existencialismo no supone la optimización de las rela­
ciones humanas , pero tampoco el conflicto que predomina en las múltiples formas
de interacción (en el orden histórico, social económico o político]. De acuerdo al
proyecto aquí esbozado que parte de la filosofía de vida de Jonas (y Heidegger),
el hombre es siempre
yo mismo
a partir de una implicación recíproca entre el yo
y los otros (sería también
con los otros),
para que el
ser
del
ser-ahí
sea siempre
el
ser relativamente a otros
en vez de
relativamente a sí mismo.
En conclusión, nuestra bioperspectiva supone reconocer la proximidad
ontológica y ética del prójimo, pero no sólo considerando al hombre del pre­
sente, sino también a la humanidad del pasado y del futuro. Esta declaración de
propósitos dentro del estudio de la migración no está exenta de polémica. El
propio Jonas reconoce que si es necesario debemos sacrificar la libertad del
hombre por asegurar la supervivencia de la humanidad, llegando incluso a apro­
bar formas de totalitarismo (como el comunismo) en casos extremos. En este
sentido , está bien que no desoigamos todas las advertencias de Bunge sobre
el irracionalismo fundado por Heidegger y su faceta existencialista. En una línea
autocrítica de nuestra reflexión recordamos a Bunge ( 1 999) y su negación del
estatuto científico de algunas escuelas aquí presentadas (y que han surgido de
la filosofía de Heidegger: hermenéutica , existencialismo, estructuralismo, eco­
logismo o postmodernismo) y cuyas objeciones tendrían también que ser con­
templadas (siempre en la tarea de la búsqueda de la verdad/certeza). Así
rechaza la fenomenología al considerarla un idealismo transcendental
[un
moderno desechado de subjetivismo]
y la propia sociología fenomenológica
(cuyos representantes más destacados son Berger y Luckmann y Schutz que
ha sido citado en este trabajo) de la que dice ( 1 999: 3 1 5-31 6): "El individualis­
mo ontológico de la fenomenología procede de su subjetivismo. Como se dice
que los individuos se interpretan a sí mimos y a los demás, sin enfrentarse
nunca a ningún hecho social en bruto, la tarea del sociólogo consiste en captar
las estructuras de significado subjetivas en vez de construir o contrastar mode­
los de sistemas o procesos sociales. . .
En resumen, la sociología fenomenológica es abiertamente no científica y
una invitación a la pereza". La etnometodología que también hemos citado,
según Bunge es incapaz de tratar temas del contexto macrosocial y carece de
una teoría que obstaculiza la capacidad científica de descubrir. Son positivistas
que empleando sus métodos reniegan de ellos. Es importante madurar el esta­
tuto científico de los estudios migratorios humanos por diversas razones; por
mencionar aquella que nos atañe más directamente podría ser sencillamente el
camuflaje que la ciencia otorga a los discursos más dispares. Recordemos en
este sentido , el trabajo seudocientífico del profesor Harvard Arthur Jensen en
1 969 sobre muestras de coeficientes intelectuales que demostraba la inferiori­
dad innata de los afroamericanos. Aunque este ejemplo es muy retorcido , exis­
ten trabajos más sútiles en los que las diferencias ontológicas se establecen
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