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Fernando R. Contreras
Jonas formula una
ética planetaria,
que por otra parte es el marco disciplina
rio en el que deseamos ubicar a los estudios migratorios humanos. La idea de
una ética planetaria debe partir rigurosamente desde el surgimiento de siste
mas armónicos (en virtud del mero principio del cambio en sí y sin ningún otro
principio rector que la posibilidad, en el sentido de capacidad de existir) y la
comprensión de lo histórico (buscando algo que no sea extraño a ningún ser
humano] : "El ser humano como tal ha sido y sigue siendo el mismo a través de
todos los tiempos , su hambre , su sed, su amor y odio , su esperanza y deses
peración, su buscar y encontrar, su hablar y fabular, sus engaños y su amor a
la verdad, todo ello nos resulta familiar porque lo llevamos dentro de nosotros,
ya sea como experiencia ya sea como predisposición. Según esta opinión, cual
quiera lleva en sí mismo la humanidad y nada humano no es extraño" (Jonas ,
1 992: 58). Si Jonas busca en lo plural la fuerza ciega que opere como unión, es
consciente de que esta visión esencialmente humanística-ontológica tiene sus
detractores que niegan la esencia humana y que por el contrario, sostienen que
lo que llamamos ser humano es resultado de su existir y de las decisiones que
tome dentro de su existencia. E incluso advierte que esta toma de decisiones
quedarían predeterminadas por la facticidad de la ubicación histórica , por las
circunstancias y las casualidades de su existencia. Finalmente, añade que cada
situación sería irrepetible y única. "En resumen , la tesis propiamente moderna
y altamente sugestiva -como todo lo moderno- es que el ser humano, lejos
de ser siempre el mismo , es siempre diferente. Según esto , el comprender, si
realmente se lo considera posible desde este punto de vista, no consistiría en
la comprensión de lo mismo por lo mismo , sino de lo otro por lo otro. Así, el
sentido auténtico de comprender consistiría en ir más allá de sí mismo para
acercarse a lo otro , y en absoluto el reconocerse a sí mismo y lo propio ya cono
cido en todo lo demás" (1 992 : 59).
La dificultad que observa Jonas radica sencillamente en cómo hacemos
para que sea posible acceder a lo otro. La ética planetaria de Jonas ya no plan
tea problemas morales, sino también metafísicos, epistemológicos y ontológi
cos. La realidad del mundo abandona su parcialidad definida entre el aquí y el
ahora y reconsidera la relevancia de un mundo circundante futuro y todavía no
existente. Después de Auschwitz , los pensadores (Arendt, Lowith, Jonas,
Marcuse, Habermas , Adorno, Horkheimer, Heidegger, por citar algunos) se ven
inducido a construir una ética bajo la heurística del miedo , del peligro (introdu
cida por Heidegger) o por la amenaza de la acción sobre el ser de los hombres
y de las cosas (Jonas). Este es el mismo trasfondo de la preocupación abierta
en los estudios migratorios humanos: el temor que nace no de la cuestión siem
pre abierta de
qué
es el hombre, sino de cómo
debe ser en cuanto hombre.
La
ética de Jonas es consecuente con los presupuestos ontológicos de Heidegger
y estas podrían ser premisas a considerar en los estudios migratorios huma
nos: 1 . existe una historicidad cuya prioridad decide que está en la contingen-