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Fernando R. Contreras
cian que los estudios culturales que provienen del pensamiento dominante aca
démico es la de un fetichismo de signo inverso , y lo que ellos llaman, simétrico:
"Es el fetichismo de la colección de fragmentos dispersos , sin densidad históri
ca, ni desgarramientos internos , y uxtapuestos sin posibilidad de criterios de
jerarquización o evaluación ética y política" (2002: 1 33). De nuevo , surge una
fuerte crítica al irracionalismo de algunos estudios culturales que como hemos
pretendido mostrar en numerosas ocasiones han renunciado a la lucha por la
confortabilidad de los saberes universitarios. Si pretendemos aproximarnos
desde la ciencias sociales al estudio de la migración humana , debemos pensar
honradamente en su disciplinariedad en honor a los valores más profundo de la
ciencia. Finalmente , queremos concluir resaltando que nuestro propósito cen
tral ha sido delimitar el objeto de investigación de los estudios de la migración
humana a buscar una correspondencia entre ontología , historia y axiología (la
naturaleza humana , la historia real del hombre y los valores humanos). La natu
raleza ontológica humana más allá de cualquier dualismo metafísico abarca la
unidad y la diversidad como la permanencia y el cambio. La historia real del
hombre como el espacio real en el que surge la afirmación o la negación de la
humanitas
y su condición biológica y libre (la historia también interpretada como
parte de la naturaleza ontológica del hombre , es decir, la naturaleza humana
como naturaleza onto-histórica). La valoración es aquí el sentido mismo de
cuanto es y
hace
el ser humano. Finalmente , la bioperspectiva y la heurística
del miedo concretando la naturaleza
primera
que absorbe y domina , delimitan
do toda posibilidad de vida humana.