Pensando la migración humana
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destaca que los problemas surgen precisamente de la instrumentalización de la
Razón moderna que alcanza su culminación con el capitalismo liberal exacer
bado en su acción acumulativa y colonial que conduce al fetichismo de la
Universalidad y de la Historia como totalidad cerrada (poniendo como referen
cia plena a Auschwitz, o recientemente Kosovo o Chechenia). La despolitización
que ha experimentado los estudios culturales muestran la falsa totalidad de los
neofundamentalismos: "el neofundamentalismo no es, como pretende el uni
versalismo liberal, la negación de la Universalidad a favor de la Particularidad,
sino exactamente lo contrario. Es porque se niega, porque no puede tolerarse
la idea de la propia particularidad entre otras -es decir, la idea de ser una par
ticularidad entre otras- que ésta adquiere, en el imaginario fundamentalista,
dimensión universal. Se trata de una vuelta de tuerca al racismo tradicional: ya
no es simplemente que mi cultura (mi etnia, mi raza) sea superior a las otras,
sino que es la única posible, y las otras son por lo tanto falsedades, errores,
deformaciones o perversiones" (2002 : 1 29-1 30). El racismo posmoderno es el
síntoma del pluralismo y la multiplicidad de identidades del capitalismo tardío.
Es, como observa Grüner, el triunfo de la razón instrumental moderna llevada a
sus últimas consecuencias que permite introducir el odio racista y la intoleran
cia radical a través de las ideologías oficiales. Pero además, el multiculturalis
mo es promovido a veces por los estudios culturales como solución desde la
aceptación indiscriminada. Pero continua siendo lo mismo, que respaldándose
en el relativismo se refugia en la bondad intrínseca del fragmento: "Ante la
negación fundamentalista de la Particularidad, tenemos ahora la negación mul
ticulturalista de la Universalidad. En ambos casos, la verdadera negación, de
consecuencias trágicas, es la del irresoluble conflicto entre lo Particular y lo
Universal" (2002 : 1 30).
La incongruencia epistémica respecto a esta promoción del multicultura
lismo falla frecuentemente en modos acríticos de populismo cultural. Grüner
denuncia como los marxistas
ex post
como Laclau utilizan el postestructuralis
mo para sus análisis políticos, y los neopopulistas recurren a los clásicos mar
xistas del siglo XX para respaldar la subordinación a la industria de la cultura
de masa [Benjamín, Adorno o Horkheimer) confundiéndola en numerosas oca
siones con la cultura popular. Los estudios culturales en los que el neopopulis
mo se asocia al multiculturalismo despolítico puede ser una manifestación de
totalitarismo que se opone a la fragmentación cultural desde sus afirmaciones
sobre la existencia de una ideología de la clase dominante que convierte lo múl
tiple en unidad y denunciando una relación de exterioridad de la ideología domi
nante con respecto a las clases subordinadas. Grüner y Balibar en investiga
ciones recientes han demostrado que las ideas dominantes no son directa
mente y automáticamente de la clase dominante y son las propias fuerzas pro
ductivas las que incorporan para sí elementos culturales para aumentar sus
beneficios en honor de la más pura racionalidad instrumental. También denun-