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Fernando R. Contreras
bajo criterios científicos sospechosos que lo único que demuestran es la nece
sidad de establecer claras diferencias (crear la distancia con el ser del prójimo);
como el trabajo de comunicación interpersonal de Hall ( 1 986) y que en ocasio
nes es recogido en trabajos interculturales mostrando una diferencia absurda
entre los hombres. Efectivamente, los estudios migratorios tienen otro núcleo
importante de acción en el estudio del discurso de la diferencia. La diferencia
puede asentarse en la teoría social desde las distintas manifestaciones del rela
tivismo. Y curiosamente, muchos de los estudios interculturales fundamentan
sus tesis en tres formas del relativismo: pluralismo, contextualismo y universa
lismo. La hermenéutica abrió muchas prácticas filosóficas contemporáneas en
su intento de salida de la crisis y la crítica de la subjetividad cartesiana e idea
lista y de la crítica del objetivismo científico: el lugar en el que se busca la solu
ción
·
a este problema binario es el lenguaje. Tanto en la filosofía continental
como en la analítica surge un dominio metodológico de las categorías de multi
plicidad, pluralidad y diferencia. El paradigma relativista (trazados a través de
los dos grandes eje: la pluralidad histórico-temporal y la pluralidad espacial o
lógico-lingüística) se desarrolla en cuatro líneas principales: un relativismo lógi
co-lingüístico (desarrollado en el formalismo y en la etnolingüística entre otros
por Wittgenstein o Quine); un relativismo epistemológico (se desarrolla en la
epistemología postpositivista y surge de la teorías físicas y de las geometrías
no-euclídeas entre otros por Kuhn); un relativismo histórico (que se desarrolla
en el historicismo y la hermenéutica por entre otros Dilthey o Gadamer); y un
relativismo ético (que ha determinado que no sean las ciencias empíricas sino
las disciplinas socioantropológicas y más concretamente, la ética, aquella que
nos ofrecen un espacio para el debate y la discusión sobre la relatividad de los
valores y los juicios que los expresan). Noble también introduce sus propias cla
ves para formular dentro de este paradigma su propia teoría de cambio social
(2000: 5 y ss.): "a) The character of change: 1 . Change is endogenous vs. exo
genous; 2. Change is inevitable vs. contingent [e.g. the idea of progress vs. the
rejection of metanarratives); b) The character of the social: 3. Sociological rea
lism (structure) vs. methodological individualism (agency); 4. Materialism vs. ide
alism; c) The character of explanation: 5. Possible objectivity (science) vs. ines
capable commitment (ideology); 6. Rationalism vs. Empiricism". En estos plan
teamientos, existe un denominador común y es la falta de una razón comparti
da o la carencia en la
praxis
de razones compartidas del pluralismo.
En el mundo contemporáneo, si consideramos la perspectiva que denuncia
la falta de universales estamos identificando la razón técnico-científica como un
elemento fragmentario y parcelizante; si por el contrario sostenemos la capa
cidad hegemónica de la racionalidad teórica lo reconoceremos como un factor
totalitario, imperialista y hegemónico (antítesis entre contextualista y universa
lista). Grüner también plantea serias críticas a los estudios culturales en aque
llos aspectos que podrían ayudarnos a la observación de la migración. Grüner