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Francisco Sierra Caballero
empleados del sector servicios, conectados a las nuevas ciudades globales a
través de vínculos culturales históricos (coloniales) y nuevas redes telemáticas.
"De esta manera, los procesos de globalización económica crean un fondo de
trabajadores móviles en los países en desarrollo y, al mismo tiempo, los conec
tan con los mercados de trabajo de ciudades particulares donde se necesitan
sus servicios" (Malgasini, 1 998: 222).
Esta movilidad socio-espacial, de una zona a otra, de un país a otro, de
una región a otra, altera la identidad de los sujetos, ya de por sí modificada por
la intensa actividad y desarrollo transfronterizo de los flujos de información.
Ahora, la cuestión es conocer cómo se da este proceso y qué funcionalidad eco
nómica y sentido social tiene en el marco histórico-cultural del capitalismo tar
dío. A modo de hipótesis, una primera aproximación es considerar la impor
tancia estratégica que la gestión biopolítica de la comunicación intercultural
adquiere para la extensión del proyecto tecnoinformacional de valorización del
capital en la economía-mundo, cuya lógica de reordenamiento y desestructura
ción, de identificación y desanclaje hace imprescindible la disponibilidad y flexibi
lidad cultural de la fuerza de trabajo.
El problema de las identidades y rituales culturales no es por lo tanto una
cuestión banal para la organización del capitalismo. De ahí nuestra afirmación
de la necesaria crítica epistemológica a los ejercicios teóricos de descripción y
análisis de la comunicación intercultural. En la medida que la construcción de
fronteras simbólicas, la delimitación de diferencias étnicas y espacios liminales
de realización del valor son vitales para la reproducción del capitalismo tardío,
el propio conocimiento social sobre las formas de integración y regulación inter
cultural adquiere una funcionalidad evidente. Y exige, en consecuencia, un aná
lisis económico-político, pues además de un problema de regulación demográ
fica y de política económica, la migración es un problema de comunicación inter
cultural central en la política ideológica y la lucha de clases contemporánea.
En la medida que la Economía Política de la Comunicación, de acuerdo a la
tradición marxista, tiene por objeto el estudio de las relaciones sociales y sim
bólicas y los dispositivos de poder que determinan los procesos de producción
y consumo cultural, el reto de la investigación en esta materia es tratar de reco
nocer las formas de disciplinamiento y control económico-político de los flujos
de información e interacción comunicativa entre culturas diferentes, conside
rando como es lógico que, como advierten Bolaño y Mastrini (1 999), los estu
dios de economía política de la comunicación no pueden ser asumidos más que
como un punto de partida para poder entender las relaciones sociales desde
una perspectiva crítica abierta, no reduccionista, despejando el campo de aná
lisis de la migración, en nuestro caso, al desarrollo de líneas de trabajo inter
disciplinares aún por explorar. Se trataría pues de poner las bases de una lec
tura abierta de la economía política en el análisis de los mecanismos de domi
nación, más allá de la lógica alienante y funcional de la economía.