140
Jéssica Retis
expertos en demografía y sociología para adentrarnos en el terreno discursivo.
Y es que en las prácticas discursivas es donde se descubre la naturaleza sim
bólica de la inmigración latinoamericana en la sociedad española. En sentido
estricto es a veces más representativa la imagen que de los latinoamericanos
se tiene en España que sus característica reales.
La d imensi ón i deo l óg i ca o simbó l i ca
de l a i nmi grac i ón lat inoameri cana : l os d iscursos
Volviendo a la aportación de Santamaría (2002) para conocer el fenómeno
de la inmigración no comunitaria -en este caso. latinoamericana- es impor
tante describir no sólo sus características sociodemográficas sino también su
dimensión sociocognitiva, tal vez la dimensión más importante de este fenóme
no porque es a través de la cual se determinarán las relaciones sociales a esta
blecerse entre el "nosotros españoles" y los "otros latinoamericanos". ¿Cómo
se generan y estructuran los distintos modos de pensar y tratar a los inmi
grantes provenientes de América Latina? ¿Desde qué preceptos y con qué
características se construye este "actor simbólico": el "inmigrante imaginado"?
(2 1 ). A diferencia de Santamaría. que utiliza sólo el término "discurso flotante"
de Gerard lmbert, hemos preferido incluir ambas concepciones en la medida de
que también los "discursos constituidos" determinan la formación sociocogniti
va de la figura del inmigrante latinoamericano.
lmbert ( 1990: 1 2) propone dos grandes tipos de discurso : 1 ) los "discursos
constituidos" (discurso político, prensa, publicidad) que contribuyen en buena
medida a la representación de los diversos actores sociales por lo que descri
ben un alto grado de figuratividad. Resultan fácilmente identificables tanto su
soporte como su radio de acción, ya que se caracterizan por una práctica codi
ficada y estereotipada del lenguaje. 2) los "discursos flotantes" tienen, por el
contrario, soportes variados, son producidos por la práctica colectiva y el enun
ciador resulta difuso, parten de una isotopía temática y su producción varía en
función del debate social.
Lo que resulta de ambas prácticas discursivas es la construcción de esa
alteridad en la que se encasilla al inmigrante como sujeto social. Esa alteridad
construida de manera relacional desde la perspectiva del "nosotros". Así llega
mos a los aportes de Teun A. van Dijk (1996:9) sobre la formulación de una teo
ría sociocognitiva de la representación que pretende analizar "algunas de las pro-
21. Santamaría (2002) propone este término [en lugar del inmigrante imaginario] para rescatar la constitu
ción simbólica de una figura social que, deestemodo, hace que los inmigrantes adquieran una presencia com
pleja -esto es, real e imaginaria a la vez- en la sociedad española. Son las prácticas y las representaciones
que dan cuenta de la "inmigración no comunitaria". Pág. 5.