Comunicación cultura y migración - page 61

Nuevas reflexiones sobre la representación periodística de los Inmigrantes
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sensación de que nosotros somos magníficos anfitriones y realizamos el mayor
esfuerzo posible para integrar a los inmigrantes, actitud, según este mismo pro­
totipo discursivo, no siempre correspondida; se trataría, en este caso, de un dis­
curso que justifica , oculta o alivia , mediante procedimientos lingüístico-textuales
diversos, los errores, los malos hábitos y los malos comportamientos de cuan­
tos pertenezcan, de una u otra forma, al endogrupo. En realidad, también nues­
tras estructuras sociales, políticas, económicas o culturales son concebidas
como si de nosotros mismos se tratase. En este sentido, pues, el sistema edu­
cativo, como el sanitario, sería uno de los centros de medición del progreso
socio-económico y ético-cultural de un país. Por este motivo, al tiempo que nos
gusta criticarlo, nos enerva que los que consideramos "otros" se atrevan a
hacerlo. Este marco comunicativo supone un evidente grado de esquizofrenia
actitudinal, puesto que un mismo tema de discusión puede llegar a ser analiza­
do como bueno y como malo por parte de un mismo actor dependiendo no tanto
de la naturaleza de ese asunto, o de la perspectiva adoptada para abordarlo,
sino más bien de quiénes sean, según los casos, los interlocutores hacia los que
va dirigida la valoración o a los que se escucha. Recientemente, hemos estudia­
do la representación periodística que se hizo del caso de la niña que quiso acce­
der al colegio con un pañuelo (Bañón, en prensa).
Curiosamente, la sociedad española no parece sorprenderse ante plante­
amientos discursivos tan contradictorios; contradicción , por lo demás, insisti­
mos, promocionada por los propios medios. Las distintas modalidades semióti­
cas ofrecen una gama de matices semántico-discursivos de gran calado y, ade­
más, permiten a quienes se sirven de ellas, en documentos concretos, desen­
focar las responsabilidades (Greimas y Courtés, 1 982: 263 y 434). Dos tipos de
estrategias resultan, en este sentido, determinantes: por un lado, las que se
desarrollan a partir de la manipulación de
ser
y
parecer;
y por otro, las esta­
blecidas en la confusión más o menos intencionada de
querer, poder, saber
y
deber.
Además, hemos de decir que, en todos los casos, podemos estar ante
manifestaciones tendentes hacia la acción o bien ante otras que propenden
mucho más hacia la inhibición; también es este punto, el proceso de interven­
ción textual permitirá orientar, según los gustos, la lectura hacia una u otra inter­
pretación. En el ámbito educativo es un asunto de gran importancia, puesto que,
ante la discriminación, la ausencia de implicación o el mirar hacia otro lado son
comportamientos especialmente peligrosos (Muñoz, 1 999:236; García ,
Barragán , Granados y García-Cano, 2002: 2 1 9-220).
Pongamos algún ejemplo. El 1 6 de febrero de 2003 , el diario
La Razón
publicaba un artículo titulado «Los centros quieren inmigrantes pero no pueden
atenderles». En esta afirmación, así expuesta, subyacen dos expresiones con
gran frecuencia de uso en nuestro idioma: "querer, pero no poder" y también
"querer es poder". La primera constituye el núcleo de la argumentación , en
tanto que se trata por todos los medios de obviar la segunda. El periodista inter-
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