Comunicación cultura y migración - page 171

Inmigración y comunicación
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ción de irregularidad administrativa como consecuencia, en gran parte, de las
modalidades de inserción laboral".
También se afirma que gracias a la población inmigrada hay un aumento
demográfico que reducirá el envejecimiento de la población. Pero este aumen­
to poblacional de los inmigrantes, que en nuestro país sigue siendo muy redu­
cido en relación a otros países europeos, puede fundamentar otro de los mie­
dos que provoca la inmigración. El aumento de la inmigración llevaría aparejada
una amenaza cultural. Así, por ejemplo, la construcción de mezquitas es vista
como una amenaza a la supuesta homogeneidad religiosa del país. De esta
forma implícitamente se hace de la religión católica una seña de la identidad cul­
tural española que es incompatible con otras religiones. Con una visión esen­
cialista y ahistórica de la cultura española se teme que los inmigrantes la con­
taminen. Esta mirada esencialista es ciega y miedosa. Es ciega porque oculta
que toda cultura es un producto que se está haciendo, permanentemente, a
partir de la mezcla de elementos de distinto origen. El esencialismo identitario
es también miedoso porque siempre ve la relación entre culturas como una pér­
dida. En seguida se plantea ¿qué voy a perder relacionándome con el otro?
¿cómo se va a pervertir mi cultura? ¿a qué voy a tener que renunciar?
En otro desplazamiento de responsabilidades del victimario a la víctima se
construye un discurso que, incluso criticando el racismo, asocia las actitudes
xenófobas al aumento de la inmigración. Así se viene a apuntar que el exceso
de inmigrantes es el que provocaría esta actitud patógena social. En nuestro
país la paz social se ha visto alterada por algunos casos, que se suelen pre­
sentar como esporádicos, de odio al extranjero. Cuando se afirma que este
racismo es nuevo en España y que los españoles no son racista, implícitamen­
te se sostiene la idea que si no hubiera extranjeros no existiría dicha xenofobia.
En la actualidad se ha producido un desplazamiento del racismo biológico
al diferencialismo cultural (Rodrigo 1 999a: 122-1 25). A partir de este diferen­
cialismo cultural ". . . las poblaciones migrantes, definidas, fundamentalmente a
partir de sus particularidades culturales, devienen un grave peligro y una seria
amenaza para la sociedad de instalación" (Santamaría 2002: 166).
Esta visión estigmatizadora de la inmigración implica que los inmigrantes son
vistos como peligrosos porque amenazan las condiciones del mercado de trabajo,
la identidad cultural y la cohesión social del país. La representación de la inmigra­
ción nuestra su falta de integración, su carácter de intrusos en el mercado labo­
ral, su inadaptación cultural, su disrupción en el orden social, y además se les cul­
pabiliza de todo ello. Nos encontramos ante una representación culturalista, dife­
rencialista y miserabilista de la inmigración. "El discurso sobre la 'inmigración no
comunitaria' (...) insiste en aprehender la cuestión en términos de una 'avalancha'
imparable que no sólo es causa de 'problemas sociales' sino que es en sí misma
un grave problema social y cultural, pues, los migrantes con sus diferencias cultu­
rales, con los problemas que tienen y que generan, amenazan la cohesión social,
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