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Miquel Rodrigo Alsina
la seguridad económica, la homogeneidad cultural e incluso la estabilidad política,
con el desarrollo de formaciones nacionalpopulistas y/o neoracistas y la extensión
del islamismo en las sociedades donde se instalan..." (Santamaría 2002:170).
No va a ser nada fácil cambiar esta inmigración representada. En primer
lugar porque en algunos casos refuerza la imagen histórica que en España se
tiene sobre determinados grupos culturales. En segundo lugar porque es un dis
curso que se alimenta de múltiples implícitos, como hemos ido viendo. En ter
cer lugar, hay que tener en cuenta que toda construcción de la imagen del otro
lleva pareja una representación de nosotros mismos. Esta autorepresentación
de nuestra propia sociedad suele ser muy autocomplaciente, nos muestra una
sociedad democrática, secularizada , tolerante, plural y del bienestar.
Evidentemente todas estas características deben ser repensadas si tenemos
en cuenta la inmigración representada.
Para cambiar algo la imagen de la inmigración es muy importante la comu
nicación intercultural (Rodrigo 1999a). Precisamente uno de los efectos de una
comunicación intercultural eficaz debe ser el
re-conocernos,
el repensarnos.
Hay que tomar conciencia de nuestras propias características culturales, de los
valores que impregnan nuestro imaginario y de las realidades que legitiman
nuestros discursos.
Evidentemente, en cualquier posible cambio de la representación social de
la inmigración se tiene que tener en cuenta a los medios de comunicación.
Como hemos visto su papel en la construcción de identidades es fundamental.
El tratami ento period ístico de l a inmigrac i ón
Un prerrequisito para mejorar la práctica periodística es tener una visión crí
tica sobre el propio trabajo. En relación a la información española sobre el
Magreb, Buisef (1994: 18) señala que principalmente las informaciones que se
publican en España hacen referencia a muertes, guerras, tragedias, represión...
y que "lo malo de ello es que se dirigen muchísimo más a los sentidos que a la
razón, acercándose más a seculares estereotipos que a una comprensión (o al
menos intento de comprensión) de las poblaciones de las que hablan". Como han
señalado algunos autores (Sitaram y Cogdell 1976:159) los medios de comuni
cación "(... ) han desarrollado unas técnicas para decir más en menos espacio.
Una de estas técnicas es el uso de estereotipos". Mediante los estereotipos, a
los medios de comunicación les es más fácil comunicarse con sus audiencias,
aunque esto crea malentendidos con los pueblos estereotipados. Así, por ejem
plo, Balta (1994:31J recoge los cuatro estereotipos que los europeos tienen de
los árabes: el terrorista, el pobre trabajador inmigrante, el rico Emir del Golfo y
el integrista fanático. Análisis recientes (Giró 1999) ponen de manifiesto que el
tratamiento periodístico que usa estereotipos descalificantes sigue dándose en