La construcción de la imagen de la Inmigración latinoamericana en la prensa española
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De todos los colectivos de inmigrantes latinoamericanos el que más ha esta
do relacionado con evidencias de racismo y xenofobia es el dominicano. Como
hemos visto antes, la colonia dominicana en España se incrementó de manera
considerable en los
.
ochenta y noventa hasta mayo de 1 993, cuando el gobierno
español decidió dar por finalizado el acuerdo de supresión de visado. Seis meses
antes, específicamente el 1 3 de noviembre de 1 992, un acontecimiento marcó
un hito en la imagen de los dominicanos en El asesinato de Lucrecia Pérez levan
tó a la luz pública el primer crimen xenófobo en España: la mataron por ser
negra. El hecho, que podría haber sido un acontecimiento local o regional ascen
dió a importancia nacional por la evidente consolidación de brotes racistas.
Un titular de El País del 1 3 de noviembre del 2002 recuerda el suceso titu
lando "Sólo uno de los cuatro asesinos de Lucrecia sigue preso 1 O años des
pués". En el desarrollo de la nota se explica: "El balazo que recibió Lucrecia fue
también un estallido que golpeó las conciencias de la sociedad. Cuando la mata
ron, los ciudadanos se echaron a la calle en masivas manifestaciones para
expresar su indignación". La noticia ocupó las portadas de los periódicos "4
encapuchados matan a tiros a una dominicana al asaltar en Aravaca un local
ocupado por inmigrantes" (El Mundo), "Cuatro pistoleros asesinan a una domi
nicana en el asalto a un refugio de inmigrantes (El País). "Un grupo ultra asesi
na en Aravaca a una inmigrante dominicana" (La Vanguardía). La noticia propi
ció el debate social en torno a los focos de racismo y xenofobia en España y los
medios de comunicación se hicieron eco de diversos discursos de repulsa ante
el acontecimiento "Condena unánime" titulaba La Vanguardia una recopilación
de manifestaciones de Javier Solana, Comisiones Obreras, Julio Anguita,
Joaquín Leguina, la ONG SOS Racismo y el propio embajador dominicano.
En un recuento hemerográfico durante esa semana encontramos una cohe
rencia global más allá de un solo texto para orquestar entre todos un discurso
casi unívoco en que la estrategia de polarización pasa por identificar un endo
grupo que rechaza la acción violenta de los asesinos de la inmigrante dominica
na: "El PSOE y el PP se enzarzan en descalificaciones tras el asesinato" (El País,
1 6 de noviembre de 1 992). En este caso el exogrupo, los dominicanos, es carac
terizado, como los pobres y miserables, como en el caso de El Mundo: "los inmi
grantes vivían en la semiderruida discoteca "Four Roses" (1 4/1 1 /92) o en el edi
torial del mismo periódico del día 15 de noviembre donde se afirma "De qué son
culpables esas víctimas del racismo más repugnante? ¿Qué han hecho para con
vertirse enchivo expiatorio de una campaña contra su presencia en Madrid que
ha desembocado en el grave suceso del viernes? Simplemente han causado
"incomodidad" a los vecinos. Nada más. Ninguno de ellos ha sido denunciado por
la comisión de delitos. Son culpables de no disponer de medios económicos para
acudir a un lugar de ocio, con lo que optan por reunirse en una plaza pública; su
falta consiste en que las autoridades les consideran ciudadanos de segunda y no
les permiten utilizar los servicios públicos".