118 La lenta normalización de la presencia de mujeres en los Cuerpos de Seguridad
— Entre otras cosas yo veo la figura de la mujer policía necesaria en todas las
plantillas. Lo mismo que es…, yo que sé, que es el patrullero necesario, por
compararlo con algo muy necesario, las mujeres también son muy necesarias.
Entre otras cosas porque le dan al trabajo y a las Jefaturas otra visión, otra
visión distinta que le damos los hombres. Y necesaria, yo creo que es necesaria,
que en las policías locales hace falta la presencia de compañeras en la jefatura
(Hombre, GD hombres).
Este tipo de discursos pueden conllevar el riesgo de no moverse en un plano de
igualdad ni tener como objetivo la democratización del Cuerpo de las Policías Loca-
les de Andalucía, pues la complementariedad y esa visión diferente que las mujeres
pueden dar del trabajo policial, puede implicar una no aceptación de las mujeres
policias, salvo en aquellas labores para las que específicamente se las ve más aptas,
como los temas de violencia de género, o necesarias, como en el cacheo de mujeres.
Con respecto a la relación de las personas encuestadas con sus mandos directos,
se puede concluir cómo las mujeres indican tener una mala relación con estos en
mayor medida que los hombres (9,9% de las mujeres y 5,9% de los hombres). En
el extremo contrario, es decir, en las relaciones consideradas como muy buenas
los hombres con un 26,2% superan a las mujeres en casi 8 puntos (18,8%). El
porcentaje que considera la relación como buena es similar para ambos sexos.
Un 52,2% de los hombres y un 55,4% de las mujeres han señalado esta opción.
Finalmente, un 12,9% del total de los hombres señala como regular la relación
frente al 7,9% del total de mujeres. Aunque se carece de datos específicos sobre
este tema, dada la distribución de categorías profesionales en el Cuerpo de las
Policías Locales de Andalucía entre mujeres y hombres (el haber 1.535 hombres
mandos frente a tan solo 42 mujeres, entre oficiales, subinspectores, inspectores,
intendentes, intendentes mayores y superintendente) hace que la inmensa mayoría
de mujeres tengan como superior inmediato a un hombre.
En ocasiones, señalan los grupos de discusión, esta mala relación procede de un
rechazo de entrada a la presencia de mujeres en el Cuerpo; en otras sería el fruto
de la no sumisión de las mujeres ante actitudes discriminatorias por parte de los
mandos.
— Cuando yo entré, el jefe que estaba no quería una mujer ni a tiros, ese me lo
hizo pasar canutas
(Mujer, GD mujeres).
— (Cuando entré me dijo el jefe) “uy, qué bien una mujer”, frotándose las manos,
“ya tenemos una mujer para la oficina” (RISAS) “Mire usted, usted perdone”, yo
con muy buenas palabras le dije que ni mijita. “Mientras haya un solo compañero
que quiera voluntario en la oficina, a mi usted o me obliga y si me va a obligar
usted, por escrito y por orden. Que ya veré yo lo que hago con eso” digo (…). “Yo
he estudiado para policía y no administrativo como quería mi padre. Así que yo