6. SITUACIÓN PASADA Y PRESENTE EN EL CUERPO
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— Yo pienso que nuestro trabajo es mucho más social… estamos hablando de
que si hay que calcular, el 80% de nuestros servicios son sociales y el 20%
represivo. Desde mi punto de vista
(Hombre, GD hombres).
Sin embargo, en ocasiones ha sido vista por las propias mujeres como una “vía de
escape”, un espacio donde se las tolera más y se las presiona menos y una manera
de situarse en un mundo hombres y hacer frente a un proceso de masculinización,
aunque suponga una carga extra de trabajo.
— Yo he llegado a un momento en el que me he sentido masculinizada, o sea yo
había perdido mi feminidad, yo me sentía… y eso que la vía social me ayuda
mucho, pero claro era, no sé cómo deciros, vivir en un mundo de hombres
donde todo está tan masculino, que yo, llegó un momento que ya no lo podía
soportar, yo decía, pero yo no soy yo, ¿esto qué es? Yo no soy un hombre, soy
una mujer, y tengo que seguir siendo policía desde mis propios criterios
(Mujer,
GD mujeres).
— Yo encontré un filón muy bueno, porque a mí, dentro de la policía yo soy muy
partidaria de la labor social que hace la policía, y yo encontré ahí un filón muy
bueno, entonces yo, ayudada por los compañeros de XXXXX, pues presenté
un proyecto de trabajo sobre un servicio de atención familiar, un servicio de
atención a la violencia de género y tal y cual, y por ahí yo me escurrí, bueno
me escurrí, no me escurrí, me dedicaba a hacer el trabajo de a pie, el normal y
encima esto, y sigo haciéndolo
(Mujer, GD mujeres).
En ocasiones el buen desarrollo de este tipo de servicios reporta un importante
reconocimiento social que, sin embargo, no se traduce necesariamente en
reconocimiento en el Cuerpo. La integración de este tipo de servicios como parte
fundamental de las funciones del Cuerpo de las Policías Locales de Andalucía, no
siempre está presente. En este sentido, las mujeres han sido, en muchos casos,
pioneras y promotoras de este tipo de actividades, en ocasiones con el apoyo
político pero rechazo explícito de los mandos. Subrayan además cómo el apoyo y
reconocimiento institucional es, con frecuencia, inconsistente:
— Pero claro yo era una loca que tenía un consultorio sentimental. Yo lo presenté
(propuesta de un servicio de atención a mujeres víctimas de violencia) a la
alcaldía, la alcaldesa, entonces mujer, me echó un poquito de cuenta y me dio
un poquito de despacho, pero vamos que no me dio ningún tipo de favoritismo
de cuadrantes ni de nada, yo lo que hacía era intentar estar con el compañero
que más se arrimaba a mi forma de trabajar y camelármelo como fuera para
que me ayudara a que yo pudiera atender a una mujer, a hacerle una entrevista,
ir a hacer un acompañamiento, cosas que en aquel entonces no estaba ni la ley
integral, no estaba ni esto, ni lo otro, ni nada
(Mujer, GD Mujeres).