La construcción de la Imagen 'de la Inmigración latinoamericana en la prensa española
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y vivienda del Instituto Nacional de Estadística, que incluyen a todas las perso
nas presentes en el territorio durante el levantamiento de datos, b) Las esta
dísticas del Ministerio del Interior y Dirección General de la Policía elaboradas
por la Dirección General de Ordenación de las Migraciones, que corresponden
a los permisos de residencia y estancia temporal expedidos cada año, y c) Las
estadísticas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que indican el núme
ro de permisos de trabajo según criterios diversos. En el contexto europeo, los
datos suelen ser recogidos por el Sistema de Observación Permanente de las
Migraciones (SOPEMI) de la OCDE. Gracias a todas estas estimaciones pode
mos conocer de manera aproximada la cantidad de extranjeros que viven en
España, cuántos llegan al año, en qué trabajan, dónde residen, etc.
Sin embargo , existe un volumen muy importante de inmigrantes que no
aparecen en las cifras oficiales. Las causas son diversas: porque no cuentan
con residencia legal ( 1 1 ); en otros casos, porque una parte aparece en los
registros policiales cuando ya llevan un tiempo residiendo en el país; porque los
que se acogen al proceso de naturalización dejan de aparecer en las listas
como extranjeros ( 1 2) ; en otros casos (como los argentinos, por ejemplo) por
que entran al país con pasaporte español y/o cuentan con la condición de ciu
dadanía española al partir de su país de origen.
Los datos más recientes que tenemos a nuestra disposición son los publi
cados por el Colectivo loé (2002). Según este documento, los residentes supo
nen, a principios de 2002 el 3% de la población española, elevándose a 4% si
se le suman los nacionalizados y los irregulares. "Se trata de un porcentaje
moderado, aunque su evolución ha crecido de forma importante en los años
recientes, puesto que en 1 99 1 eran sólo el 1 %" y si se analiza comparativa
mente en el contexto de la Unión Europea, España continúa siendo uno de los
países con menor proporción extranjera, sólo por encima de Portugal, Finlandia
y Japón, y muy lejos de Suecia o Francia (más del 5%), Bélgica, Alemania,
Austria o Estados Unidos (8% a 1 0%) o Suiza (1 9%) o Luxemburgo [39%).
Aunque la dinámica en la década precedente ha hecho que España sea el ter
cer país europeo con mayor tasa de crecimiento de la inmigración, su peso rela
tivo aún es moderado.
Solé (2001 ) coincide con Izquierdo (1 992) en que se pueden distinguir cua
tro fases en los flujos migratorios de entrada al país. Una primera, marcada
por el aumento regular desde comienzos de los años sesenta (de 65.000 a
1 48. 000); una segunda fase de crecimiento moderado que empezó a ser asten-
11.
En estos casos, los investigadores suelen recurrir a los datos de algunas ONGs que trabajan con inmi
grantes y contabilizan a los "sin papeles". Estas mediciones también son aproximativas porque puede resultar
que un mismo individuo sea medido varias veces.
12.
Según loé (2002). entre 1 995 y 2000 han obtenido la nacionalidad española 1 75.000 personas, de las
cuales 1 50.000 lo hicieron a partir de 1 980.