24 La lenta normalización de la presencia de mujeres en los Cuerpos de Seguridad
presencia de mujeres en las alcaldías, ni el papel de los sindicatos que pueden
convertirse tanto en un vehículo facilitador de la incorporación como un elemento
obstaculizador de la misma.
Otro corpus de literatura se ha centrado en las barreras a la promoción de las
mujeres en las Policías Locales. Así, por ejemplo, Dick y Beverly (2007) constatan
que aunque el número de mujeres en las fuerzas policiales ha aumentado
rápidamente, siguen estando infrarrepresentadas en los puestos de mayor rango.
Aplicando encuestas a fuerzas de policía de dos condados en el Reino Unido,
su investigación compara la promoción de hombres y mujeres policías según
la antigüedad en el Cuerpo. Las diferencias de género en la experiencia en el
Cuerpo y el compromiso organizacional no constituyen posibles explicaciones
para la falta de avance de las mujeres en la Policía. En general, los resultados
muestran claramente que las mujeres oficiales están tan comprometidas con su
trabajo como los hombres y por lo tanto no justifica la falta de progresión en sus
carreras. El análisis refuta ampliamente las hipótesis sobre la falta de compromiso
organizacional de las mujeres como una de las razones para su escasa
representación en altos cargos. Otros estudios, como el de Brown y Heidensohn
(2000), exploran entre otras cosas, la maternidad como barrera de promoción
al no existir suficiente flexibilidad en las organizaciones para diseñar paros en
la carrera vinculados con la maternidad comprometiendo las posibilidades de
ascenso de las mujeres. Aspecto que iría unido, según Dick y Cassell (2004), a
que las mujeres aceptan los discursos dominantes de esa cultura organizativa y
se autoexcluyen de parte de la promoción. Lo que es coherente con la teoría de
la profecía autocumplida (Merton, 2003) que subraya como las expectativas de
un sujeto sean positivas o negativas, una vez enunciada, desencadenan una serie
de circunstancias favorables para que se cumplan, tal y como recoge la literatura
también vinculada al análisis de los mercados de trabajo (Dolado et al., 2013).
Esta aceptación de los discursos dominantes en torno a lo que es el trabajo
policial (a pesar de que son discursos potencialmente opresivos y que perjudican
a las mujeres) es de nuevo subrayada por Dick y Cassell (2004) cuando analizan y
tratan de explicar las altas tasas de abandono de las mujeres policías a través de
entrevistas y técnicas de análisis crítico de discurso. Analizando estas cuestiones
en la literatura internacional, estas autoras subrayan como el sistema de turnos y
otra serie de prácticas laborales que se entienden como esenciales a la hora de
gestionar una servicio de emergencia de 24 horas serían los fundamentos que
harían difícil combinar el trabajo policial con el cuidado infantil y de ahí la dificultad
de atraer y mantener mujeres, pues ellas han de soportar sobre sus hombros
este trabajo dada la falta de corresponsabilidad de los hombres y el insuficiente
compromiso de las instituciones públicas para con los cuidados. Estas prácticas
son, con frecuencia, retratadas como excesivamente exigentes, impredecibles y
