La lenta normalización de la presencia de mujeres en los Cuerpos de Seguridad
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algo que no surge entre los hombres. Así mismo, los discursos de las mujeres
entrevistadas dejan patente que el ser mujer es una clara barrera al ascenso: no
ascienden por el mero hecho de ser mujeres.
En sexto lugar, la narración de las experiencias de las mujeres policías, especial-
mente de las más veteranas, en su entorno laboral se construyen, en gran medida,
sobre la descripción de una constante lucha por lograr un
trato más igualitario
dentro de las plantillas y un reconocimiento de sus derechos: desde el contar con
unas dependencias adecuadas (vestuario propio, aseos), un uniforme persona-
lizado en cuanto a hechuras y estilo adecuados (pantalones y botas en vez de
falda y zapatos, chaleco antibalas adaptado, pantalones y camisas adecuadas)
e idénticos pertrechos, hasta derechos relacionados con el embarazo, lactancia
y conciliación… Este perfil reivindicativo no encajaría con el que desde algunos
mandos se considera adecuado y que en ocasiones les genera enemistades e
importantes conflictos.
En séptimo lugar, emerge la necesidad de un debate acerca del perfil y el modelo
de Policía Local que se desea para Andalucía y, en función de éste, reformar las
pruebas de acceso y la posibilidad de unificarlas, transformar los contenidos de la
formación inicial de los y las policías y los sistemas de promoción y reconocimiento.
Se observa como, por un lado, existe una creciente tendencia dentro de las
Policías Locales a fomentar la función social de estos Cuerpos (en gran medida
impulsada por las mujeres) mientras persisten una cultura policial y unos criterios
de acceso y reconocimiento que priman los aspectos más coercitivos y los roles
masculinos tradicionales. En este sentido, el distinguirse o intentar mimetizarse
respecto a otros Cuerpos de Seguridad es importante.
En octavo lugar, se plantean un conjunto de propuestas encaminadas a mejorar
el acceso y promoción de mujeres. Éstas incluyen tanto mecanismos de oferta
como de demanda así como cambios en la institución y cultura organizativa.
Entre los de demanda, se reclama una auténtica voluntad política que podría
plasmarse en promociones específicas o en políticas de cuotas. Así mismo, de
cara a promover que un mayor número de mujeres se presenten a las pruebas, se
propone, por ejemplo, desarrollar campañas de difusión en las que se visibilice
la presencia de las mujeres en las Policías Locales y las funciones sociales de
las mismas. También se subraya la necesidad de garantizar procesos “limpios”
de selección e incluso se subraya la conveniencia de un modelo de examen
único como el que existe en la Comunidad Autonómica de Canarias. Si esto
fuera así es posible que no fuera necesario un sistema de cuotas aunque esto no
solucionaría inmediatamente el problema de la promoción. Un futuro profesional
sin posibilidad de acenso puede desincentivar a muchas mujeres, sobre todo
a las más preparadas como, por ejemplo, las egresadas de las titulaciones