RESUMEN EJECUTIVO
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Si bien, respecto a este último punto, se reconoce una evolución positiva de
la sociedad andaluza, y diferencias en la percepción que hombres y mujeres
tienen al respecto.
En tercer lugar, se observa que estos planos de discriminación no se desarrollan
de forma homogénea en las diferentes Policías Locales. El tamaño del municipio
y, en función de éste, el tamaño de las plantillas y el que en éstas haya o no
otras mujeres, se dibujan como elementos importantes. En los municipios
pequeños, con plantillas reducidas donde se patrulla en solitario y no hay formas
de especialización se detecta una mayor reticencia a la presencia de mujeres o a
plantear un cupo muy limitado de ellas que con frecuencia experimentan, durante
largos periodos, el ser la única mujer de la plantilla.
En cuarto lugar, la experiencia de la discriminación no es tampoco homogénea a
lo largo de la vida laboral de las mujeres policías y varían enormemente en función
del grado de consciencia. Si es cierto que éstas la perciben durante los procesos
de oposición y acceso, aunque también el momento de incorporarse a la plantilla
y los primeros tiempos pueden ser especialmente duros. Para las mujeres jefas, el
cambio de partido en el gobierno de los Ayuntamientos y la presencia de un nuevo
alcalde o nueva alcaldesa puede suponer también entrar en un periodo de gran
dificultad (cuestionamiento y obstrucción de su actividad e, incluso, ostracismo).
Otro periodo clave se produce durante los embarazos y la reincorporación tras los
permisos maternales, etapa en que las mujeres con frecuencia no ven respetados
sus derechos ni las normativas vigentes.
En cualquier caso, las mujeres policías sienten que en su día a día y en toda su
carrera profesional son “analizadas con lupa”, medidas por patrones diferentes
que sus compañeros y que constantemente deben “demostrar” su valía como
policía y “encajar” en un modelo de comportamiento que la sociedad considera
masculino. Se espera de ellas unas cualidades que a sus compañeros hombres
se les presupone y a ellas, de entrada, se les niega. Así mismo la falta de contacto
entre las diferentes plantillas genera sensación de soledad y aislamiento. Ante
esto, parecen producirse numerosos casos de abandono del Cuerpo y se observan
diferentes “estrategias de supervivencia” y adaptación al entorno que pueden
incluir la normalización mediante la negación o justificación de estas conductas o
la adopción de modelos masculinos o mimetización.
En quinto lugar, se observan importantes diferencias en los discursos que hombres
y mujeres generan sobre las barreras que les han impedido promocionar o los
motivos por lo que han decidido no hacerlo. Si bien las escasas posibilidades
de promoción en municipios pequeños y las arbitrariedades en los procesos son
elementos comunes a unos y a otras, ellas plantean las dificultades para conciliar
y la importancia de la vida familiar como un elemento explicativo fundamental,