142 La lenta normalización de la presencia de mujeres en los Cuerpos de Seguridad
Así mismo, los discursos de las mujeres policías subrayan cómo la posición
de mando intermedio puede ser cómoda, pero los problemas se acentúan al
ascender a oficial, pues este cargo requiere una mayor disponibilidad. De hecho,
la experiencia de las dos mujeres mandos refleja la necesidad de encontrar otros
arreglos para la atención de los hijos e hijas, bien sea mediante la participación de
abuelos y abuelas, bien a través de la búsqueda de servicios de guardería con el
horario más amplio posible. En cualquier caso, de nuevo, la corresponsabilidad
de los padres no parece el elemento definitorio de estos arreglos, que giran,
fundamentalmente en torno a la mujer. “Mi hija iba a una guardería de monjas
porque era la que abría antes y a veces la tenía que llevar a las 7 de la mañana”
(Mujer, EP mando1).
Pudiendo tener efectos sobre su salud “He conciliado a base
de no dormir”
(Mujer, EP mando1).
Así se hace referencia al agotamiento derivado
de esta doble presencia.
IV. Otros comentarios
Por último, la encuesta contenía una última pregunta abierta en la que se ofrecía
la posibilidad de comentar cualquier otro aspecto. La mayor parte de comentarios
de los hombres muestran la situación de descontento, desmotivación, e incluso
“enfado” hacia los procesos de acceso y promoción al Cuerpo, junto con la
movilidad, así como hacia la realización de los cursos de formación y hacia la
ESPA. Con gran frecuencia preguntan retóricamente si el cuestionario tendrá
alguna utilidad, más allá de la utilidad política. En la mayor parte de las respuestas
ofrecidas se señala la ilegalidad y existencia de corrupción por parte de
Ayuntamientos, políticos, gobierno regional, etc., y se solicita el reconocimiento
a la labor ciudadana que realizan. En algunos casos se manifiesta explícitamente
estar a favor de la igualdad entre hombres y mujeres e, incluso, la existencia de
discriminación real y trato desigual a las mujeres en el Cuerpo. Igualmente, se
alude a una complementariedad laboral en aquellos casos en los que mujeres y
hombres trabajan juntos.
En otros, de manera sutil, los hombres refieren que el sexo no es importante en
este puesto de trabajo, y que deberían existir condiciones igualitarias a la hora
de acceder para ambos (pruebas físicas) e, incluso, que no están de acuerdo
con la forma de proceder de algunas compañeras en las funciones y actividades
laborales. En algunos casos, consideran que la cuestión de la igualdad de género
debe permanecer en un segundo plano mientras sigan existiendo desigualdades
en el acceso, promoción y salarios entre Ayuntamientos. En más de una ocasión
estos manifiestan abiertamente sentirse discriminados y en situaciones de
desigualdad, así como la escasa cualificación y capacitación de las mujeres que
se correspondería con el simple hecho de ser mujeres y no con su formación que
