El discurso de la prensa sobre Inmigración en España y Marruecos
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4.
Estrategias discursivas y argumentativas
en la prensa en España y Marruecos
4.1. La función argumentativa de la denominación
El uso de la palabra no tiene sólo una función denominativa sino también
una función de orientación. La relación entre las "palabras" y las "cosas" -afir
ma Monserrat Rivas Bisbal- es una relación mediatizada por el sujeto enun
ciador, que es quien, en definitiva, construye la referencia" [Rivas Bisbal,
1999:225). Designar una realidad no es sólo nombrarla, sino que es adoptar
una determinada actitud frente a ella. Designar es, pues, argumentar.
Inmigración
y
emigración
(con sus dos variantes,
inmigrante
y
emigran
te)
son todas palabras que se utilizan para referirse a los extranjeros. Pero
El uso de una u otra de estas palabras en el discurso no es nunca indiferen
te y comporta siempre una orientación de la representación de la realidad
designada. Así, mientras que el
emigrante
es la persona que sale de su país
para trabajar en el extranjero a fin de mejorar sus condiciones de vida, el
inmigrante
es aquel que viene a establecerse en el país del otro .y que se
apropia de lo ajeno. El primero es "un honrado trabajador que no duda en
dejar su propio país para poder ganarse la vida; el segundo, en cambio, es
un intruso" (Rivas Bisbal, 1999:226). El uso de una u otra de estas dos pala
bras es, pues, significativo en la medida en que puede revelar la ideología
latente en el discurso. Y de hecho, si desde la rivera sur del Mediterráneo se
hablará en términos de
emigración,
desde la rivera norte se aprecia el uso
casi exclusivo de
inmigración
ya que "Los periodistas escriben prioritaria
mente como integrantes del grupo residente blanco al que pertenecen y, por
lo tanto, se refieren a los grupos étnicos minoritarios en términos de ellos y
no como parte de nosotros" [Van Dijk, 1997:79)
El emigrante es, pues, uno de "nosotros" que sale. El inmigrante es, al con
trario, aquel que llega, el extranjero. Pero no todos los extranjeros son inmi
grantes. La prensa española no se cansa de repetirlo. Si desde el punto de vista
jurídico, una persona o es española o no lo es, es decir o es española o es
extranjera, en la prensa diaria, la extranjería, en el caso de ciertos extranjeros,
no es solamente una condición jurídica sino también, y sobre todo, una cate
goría social con dimensiones étnicas o raciales, económicas y políticas. Se da,
de este modo, una disociación entre el extranjero y el inmigrante. El extranjero,
el que tiene todos los derechos, el igual en todo salvo en la nacionalidad es el
blanco rico, el turista [Granados Martínez y F. Javier García Castaño, 2000:1).
El inmigrante, por su parte, es diferente y representa el
Otro,
el que "viene a
disputarnos las ventajas que nuestras sociedades avanzadas, ricas y democrá
ticas ofrecen en comparación con su lugar de origen" (J. Francisco Martínez,
1993:4). Esta oposición no se da de manera explícita en la prensa española,
pero las imágenes de las pateras o de los muertos en el estrecho que suelen