IIIPLAN INTEGRALPARALA INMIGRACIÓNENANDALUCÍA,HORIZONTE2016
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Por ello, el principio de normalización, entendido como el
acceso a los servicios públicos en condiciones de igual-
dad, tanto para personas españolas como para personas
extranjeras, independientemente de su situación adminis-
trativa, dentrodel marco normativo, presupone a su vez la
necesaria personalización de estos servicios, al igual que
ocurre ante otras diversidades como son las de género, la
edad, la capacidad...
Los retos de una sociedad intercultural ya consolidada,
como la sociedad andaluza, que se enfrenta a un entorno
socioeconómico abiertamente desfavorable, deben dirigir-
se a soslayar cualquier fuente de discriminación.
Nuestro ordenamiento jurídico, en el marco de la Unión
Europea, la Constitución de 1978 y nuestro Estatutos de
Autonomía no pueden admitir, sin más, diferenciación o
separación en la prestación de los servicios básicos que
han de prestarse a la Ciudadanía, porque la realidad
constata que la inmigración padece idénticos problemas
que la población autóctona. Los ajustes institucionales y
estructurales, fruto del modelo económico global están
induciendo notables cambios en el mercado y las relacio-
nes laborales, en los sistemas educativo y sanitario y en
el propio modelo del Estado constitucional aprobado en
nuestra Constitución de 1978, asunto este, que no debe
poner en cuestión los derechos que hasta la fecha hemos
venidodisfrutando.
Las Políticas Migratorias desarrolladas hasta la fecha
deben tener continuidad con la gestión de la diversidad
intercultural y, sobre todo, garantizando y salvaguardando
la dignidad de las personas, demanera que los Derechos
reconocidos a laCiudadanía noqueden neutralizado
Consecuentemente, las actuaciones y medidas que este
Plancontemplase realizarándentrode lasque lospoderes
públicos lleven a cabo de forma ordinaria. Partiendo del
respeto a las diferencias culturales, se debe garantizar la
igualdad de oportunidades y de trato. Todas las personas
deben ser tratadas equiparando derechos y deberes, y
proponiendo mecanismos que faciliten su acceso a los
recursos públicos en igualdad de condiciones dentro del
marco legal establecido, considerando las características
culturales de cada una de ellas.
A la vez se refuerza la consideración de la inmigración
como una realidad estructural en nuestra sociedad, y la
garantía del respeto a las diversidades. En todo caso, se
podrán ejecutar acciones específicas que respondan a
circunstancias temporales y concretas.
Así, y contrariamente al desarrollo de actuaciones coyun-
turales, la Junta de Andalucía apuesta por un trabajo de-
sarrolladodesdeel propiomarcoestructural, o loquees lo
mismo, desde lapropiaAdministraciónPública. Un trabajo
quepermiteafrontar retosque, por formarpartede lanatu-
ralezadeuna sociedaddiversa, renunciaa lasactuaciones
puntuales y que permite responder a esta realidad cultural
a través de dos estrategias igual de imprescindibles que
complementarias: la dotación de nuevos servicios para
nuevas necesidades derivadas de un contexto cada vez
más intercultural y el desarrollode la competencia del per-
sonal al servicio de la administración, para la atención de
nuevas realidades con lamisma profesionalidad y nuevos
recursos.
Participación
La participación ciudadana en la elaboración, implemen-
tación y evaluación de las políticas públicas representa
unode los objetivos básicos de los poderes públicos, tal y
como lo recoge nuestroEstatutodeAutonomía en su artí-
culo10.3.19º.Unasociedaddemocrática, social yavanza-
da debe incorporar el mayor nivel posible de participación
de todos los y lasagentessocialesen losasuntospúblicos
que les afecten, creando una cultura de responsabilidad
compartida y de gestión de sus propios intereses. El
principio de participación, principio fundamental en este
tipo de sociedades democráticas, permite una adecuada
planificación, aplicación y evaluación de las políticas pú-
blicas en materia de inmigración, a la vez que constituye
un importante vehículo para la integración de la población
inmigrante en la sociedadde acogida.
En este III Plan, gracias a la experiencia y la evaluación
continua de los anteriores, y por la propiamanera de pro-
ceder de los poderes públicos andaluces, se mantiene la
filosofía contenida en la expresión Para la gente, con la
gente.