Cuadernos de Aula Taurina: El Rejoneo
Madrid. Como, por esta época, en el rejoneo a la portuguesa ya no se realizaba la
suerte de matar, los toros, una vez rejoneados, eran estoqueados por toreros
españoles.
En 1889, tuvo lugar un hecho destacado en la historia del toreo a caballo: fue
la actuación, en las plazas de toros más importantes, como las de Sevilla y Madrid,
del renombrado matador mexicano Ponciano Díaz y de sus picadores Oropeza y
González, quienes conjuntamente jugaban con los toros y les colocaban banderillas
a dos manos desde el caballo, ataviados con la vestimenta del jaripeo, la fiesta
Poncia,,o Oíaz. Litografía de La Lidia
Ponciano Díaz poniendo un par de banderillas a dos manos.
(Cromolitografía de la revista La Lidia, 1889)
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típica de México. Estas
suertes, novedosas para
l o s e s p e c t a d o r e s
españoles, causaron un
gran impacto entre el
p ú b l i c o q u e l a s
contempló. Para colocar
el par de banderillas, el
jinete llevaba una en
cada mano y las riendas
sujetas con los tres
últimos dedos de la
mano izquierda para, al
llegar a jurisdicción,
soltarlas para que el
caballo pudiera moverse
e n l i b e r t a d . L a
popularidad que alcanzó
esta suerte llevó al gran
picador José Bayard y
Co r t é s Ba d i l l a a
banderillear desde el
caballo a dos manos en
la corrida en que se
r e t i r a b a S a l v ad o r
Sánchez Frascuelo, que
se celebró en Madrid el
12 de mayo de 1 890.
P ara rea l izar esta
suerte, Badilla utilizó
un caballo de los que
había preparados para
picar.