Cuadernos de Aula Taurina: El Rejoneo
No obstante, el público acabará inclinándose por las corridas de varilargueros
y matadores, lo que propiciará la regresión paulatina de las Fiestas de Cañas y
Toros, que llegan casi a desaparecer a finales del siglo XVll l
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De hecho, a lo largo
del siglo XIX, se dan de forma excepcional y siempre en la modalidad de Funciones
Reales, siendo la última celebrada en 1 878, con motivo de la primera boda de
Alfonso XII.
En el siglo XVI I I , la suerte del rejoneo no sólo se practicaba en las Fiestas de
Cañas y Toros sino que también se incorporó , al menos en algunos lugares, a las
recién creadas corridas de toros. Emannuel Witz describe cómo eran estos espectáculos
en Madrid hacia 1 750:
"Las fiestas se celebran a lo largo de todo el día. Comienzan a las ocho de la
mañana , lidiándose seis toros, y continúan por la tarde, a las cuatro, en que se
lidian doce toros. En ellas intervienen dos caballeros: uno, el rejoneador, que rompe
garrochones o rejones y el otro, el varilarguero, que lidia con la vara de detener.
El rej oneador viste con el traj e llamado de
golilla,
mientras que el varilarguero
lo hace a la andaluza. Los caballeros en plaza torean únicamente la mitad de los
toros, mientras que la otra mitad los torean exclusivamente los de a pie.
En festejo se inicia con la entrada a la plaza de los caballeros, a cada uno de
los cuales le acompañan dos paj es, que van agarrados a la baticola del caballo. Los
caballeros se dirigen primero al palco del Corregidor al que le piden permiso para
actuar. Después de lo cual, dan la vuelta al redondel saludando a los espectadores.
Una vez dada la vuelta, uno de los pajes del rejoneador le entrega un garrochón.
A continuación , el caballero se sitúa a unos quince pasos delante de la puerta del
toril, dispuesto a recibir al toro.
Una vez el toro en el ruedo, los paj es del rejoneador lo llaman flameando sus
capas. Cuando el toro arremete contra ellos, el jinete sale a su encuentro y le clava
el rejón. A continuación , el caballero tira los restos del rejón y coge otro que le
entrega uno de los paj es. Mientras tanto, entra en acción el varilarguero, que
realiza la suerte a toro parado. De esta manera se van alternando, en un mismo
toro, las suertes ecuestres -vara y rejón-.
Una vez que los j inetes han lidiado de esta forma durante algún tiempo y
después de que el toro haya sido herido varias veces, el Corregidor ordena que
intervengan los lidiadores de a pie que van provistos de dos banderi llas, que le
clavan al toro en varias ocasiones. Tan pronto como irrumpen los toreros de a pie,
los jinetes se apartan y retiran , ya que no se les permite continuar actuando con
aquel toro.
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En Sevilla parece que la última Fiesta de Cañas y Toros se celebró en 1 797.
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