JUAN B. APARICIO MACARRO •
FRANc1sco PEÑA BLANCO
• Luis BARONA HERNÁNDEZ
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Esta sucinta descripción tiene la finalidad de recordar que cualquier alteración en su
constitución se debería a deficiencias durante la formación del cuerno en las primeras edades
del animal, para algunos autores antes de los dos años.
Por las observaciones sobre las encornaduras de toros de lidia en trabajos publicados
anteriormente, que comprende alrededor de 700 animales, bien después de las corridas o
en el campo antes del traslado a las plazas de toros, surge entre nosotros la idea que en la
actualidad el toro de lidia acusa una falta de resistencia, una fragilidad en los pitones (macizo),
hipótesis bajo la que elaboramos el presente trabajo.
Como la causa de este deterioro puede tener diferentes orígenes, hereditario, nutricional,
ambiental o deficiente manejo dadas las características funcionales de la raza, elegimos para
este trabajo la forma de encuesta a los ganaderos y mayorales, base para poder orientar
acciones de mejora en la eliminación del problema.
La falta de resistencia o fragilidad en el macizo aparece inicialmente como una alteración
insignificante, el desprendimiento de un haz de
laminillas córneas
de la superficie, pero que
con el tiempo ira seguida de otros desprendimientos hasta llegar al "escobillado".
Si el medio donde pastorea el animal tiene monte bajo, con arbustos como la jara, el
lentisco, etc., al frotarse con este ramaje se eliminan los flecos separados, mas si esto no ocurre
y la salida para la plaza es de inmediato, hay que recurrir a la eliminación manual para dejar
el cuerno limpio ("arreglo"), que resulta relativamente fácil ya que las capas están adosadas a
veces sin fuertes uniones; los haces de laminillas tiene más espesor en el vértice terminando
a cero al final; a simple vista el cuerno conserva la lisura primitiva.
Aunque a esto se da escasa importancia, el hecho no mejora la solidez del cuerno y al
menor derrote el escobillado aparece masivamente, hasta el punto que puede anular al animal
en el reconocimiento antes de la corrida.
Seguidamente aparecen otras alteraciones, como el desprendimiento y el astillado, más
difícil de eliminar, salvo que con el tiempo queda disimulado por los roces y materias extrañas
acumuladas.
Un desprendimiento sucesivo de material córneo pone de manifiesto una punta nueva, más
o menos afilada, en la que aparece un escalón de difícil eliminación y que altera la uniformidad