Cuadernos de Aula Taurina: El Rejoneo
José ANASTASIO
Nació en 1 928 en Sevilla, en el seno de la familia ganadera de Anastasia Martín.
Aunque comenzó a rejonear a los doce años de edad, no lo hizo como profesional
hasta 1945, presentándose en Madrid al año siguiente, en el que actuó en 19
ocasiones. Fue un excelente jinete cuyas actuaciones siempre tuvieron interés. Se
retiró en el año 1 962.
Ángel P ERALTA P INEDA
Nació en La Puebla del Río (Sevilla) el año 1926. Rejoneó por primera vez en
La Pañoleta (Sevilla) en 1943 y se presentó en Madrid el 19 de abril de 1948. Siempre
estuvo entre los primeros del escalafón, llegando a actuar, en el año 1 971, en 127
ocasiones, número de festejos sólo superado por Jesulín de Ubrique en dos temporadas
y El Juli en una.
Con el espectáculo de "Los Cuatro Jinetes del Apoteosis" fue el gran impulsor
de las corridas del arte del rejoneo.
A lo largo de la década de los setenta participó en muchísimas ocasiones,
obteniendo grandes triunfos en casi todas las plazas en las que actuó. Una de sus
actuaciones más importantes tuvo lugar en la Feria de Abril de Sevilla de 1 979, lo
que le hizo merecedor de un elevado número de trofeos. A partir de entonces,
decidió reducir sus actuaciones, aunque demostrando siempre unas facultades
envidiables a pesar de tener más de 60 años, y su gran maestría. Aunque la caída
que sufrió el 19 de mayo de 1990 en la plaza de toros de La Zubia (Granada), a
punto estuvo de hacerle abandonar la profesión, pudo cumplir sus bodas de oro
como rejoneador, efemérides que fue celebrada en Madrid el 20 de septiembre de
1992 con un festejo en el que fue homenajeado por once de sus compañeros y, al
año siguiente, concretamente el 2 de octubre, con otro homenaje de similares
características, en la plaza de toros de Sevilla.
La espectacularidad a la hora de realizar las suertes, la gran doma de sus
caballos y la gran variedad que le imprimía a su labor, le hicieron alcanzar gran
fama ya en sus primeros años, conquistando también los ruedos mexicanos durante
la década de mil novecientos cincuenta.
Gran innovador, Ángel Peralta introdujo muchas novedades en el mundo del
rejoneo como poner banderillas cortas a dos manos o la suerte de la rosa. El propio
Ángel Peralta cuenta que esta suerte surgió en una corrida en Sevilla, en la que
una mujer, que se asustó cuando el toro estaba a punto de cogerle, arrojó una flor
para hacerle el quite. Entonces el rejoneador descabalgó, tomó la flor que cayó
en la arena, la ató a una banderilla corta y le brindó la suerte a la señora diciéndole:
para que no se asusten /en la plaza las hermosas /a los toros las heridas / se las
cubriré de rosas.
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