Cuadernos de aula taurina: Las suertes del toreo - page 9

Cuadernos de Aula Taurina: Las suertes del toreo
Es el toreo un gran arte, una forma «superior» de arte como define en su brillante
defensa de nuestra fiesta el periodista Carlos Colón, frente a otro tipo de ritos o tradiciones
en los que cruelmente se trata a distintos tipos de animales.
Nació, como casi todo, de una forma un tanto anárquica y bruta, y poco a poco se fue
puliendo y sometiendo a una serie de principios y reglas que se recogen con gran claridad y
lujo de detalles en este interesantísimo Cuaderno. Fueron las primeras tauromaquias de
«Pepe-Hillo» y «Paquiro» aún vigentes, las iniciadoras de unas reglas dictadas para el mejor
desarrollo y calidad de un espectáculo que hasta entonces caminaba con cierto desorden.
Se menciona también a Belmonte, como el gran revolucionario y precursor del toreo
actual aunque tengo entendido que anterior a él ya existió un torero excepcional en cuanto
a clase y empaque, nacido en Córdoba y llamado «Largatijo», toreros que por su arrolladora
personalidad, sus excepcionales cualidades de artistas, sus grandes aptitudes para desarro­
llar el toreo, abrieron un camino por el que ha ido desarrollándose el toreo hasta nuestros
días.
El toreo está compuesto de suertes, de tercios, de innumerables lances con capote,
muleta, banderillas y espada las cuales están bautizadas y reseñadas en estre bien detallado
cuaderno, e incluso las formas en que deben realizarse cada una de ellas. Sin embargo,
existen unos adjetivos o principios que considero esenciales, que pueden ser incluso abstrac­
tos, pero hacen que al ejecutor de cualquiera de las distintas suertes se le pueda considerar
o llamar «torero». Un torero necesita de múltiples cualidades para llegar a serlo. Ha de ser
inteligente, intuitivo, valiente, ser capaz de descifrar rápidamente ese lenguaje misterioso
que el toro tienen para poder con él. Tiene que ser constante, sacrificado, ambicioso, en fin,
no sé cuantas cosas más para poder ver realizado tan precioso sueño.
De todas formas y para mi modesta opinión, lo realmente importante no es hacer las
distintas suertes ¡que ya lo es! ni crear otras nuevas, que también sería interesante, sino
realmente hacerlas bien, que parezcan nuevas cada vez, que cada vez que se realizan sean
una nueva creación, o mejor dicho, una recreación, ahí estaría el gran talento del artista.
Creo sinceramente que podríamos sentirnos muy dichosos si fuésemos capaces de
realizar algunas de las distintas suertes que en el toreo son, aunque sea «de salón» o dar
prioridad a la «calidad» sobre la «cantidad», a lo esencial sobre lo superfluo, a lo genial
sobre lo corriente. Viene a tercio y a mi memoria este fandango de Sánchez Pernía:
Hazlo bien aunque sea menos
en el arte esa es la ciencia
hacerlo bien aunque sea menos
tómalo
como
sentencia
y
como
consejo bueno
que lo que queda es la esencia.
José Luis Vázquez Silva «Pepe Luis Vázquez»
Matador de Toros y Director Artístico de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla
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